jueves, 30 de octubre de 2008

Las fiestas de toda la vida



Está próximo a celebrarse este mismo sábado, el día de Todos los Santos y en un país como el nuestro, desde antaño, se viene celebrando en su víspera las tradicionales puestas nocturnas de los mercados al público en general, que ya en alguna poblaciones como las de Cádiz ejercen con gran incidencia de público. Es motivo para reunirse con los familiares en las plazas y mercados alrededor de los puestos típicos en los cuales la oferta de productos de la tierra es bien variada y consistente sobre todo en frutos secos, castañas pilongas, dátiles, excelentes frutas variadas y no ha de faltar las bebidas autóctonas y los famosos "huesos de santo", dulces típicos en estas fechas.

El origen de la fiesta de Todos los Santos data de una orden del Papa Gregorio III, que transfirió la fiesta de la Santísima Virgen y de todos los Mártires, establecida por Bonifacio IV al consagrar el panteón romano donde se veneraba a todos los dioses de la antigua Roma, al primer día de Noviembre.

La Roma pagana observaba el fin del año el 21 de febrero con una fiesta llamada Feralia, en conmemoración de los difuntos. Con la cristianización del imperio, la Iglesia reemplazó las prácticas paganas por cultos cristianos consagrando el templo romano que el general y aliado del emperador Octaviano Augusto, Marco Vipsanio Agripa había erigido en honor de Júpiter como consecuencia de la batalla naval de Accio en la que venció a Marco Antonio. Llamó Agripa a este templo Panteón, esto es, Casa de los Dioses, al venerarse en él toda la pléyade de dioses de la antigüedad. Cuando se cristianiza el imperio, los huesos de los cristianos muertos en las catacumbas romanas, pasaron a ocupar este templo, recibiendo la consagración eclesiástica de Todos los Santos el 13 de Mayo del 609 o 610, año en el que el Papa Bonifacio IV lo consagra. Así se inicia la fiesta de todos los santos. Posteriormente el Papa Gregorio III la transfirió al primer día de Noviembre y Gregorio IV la extendió a toda la Iglesia.

En Cádiz el nombre de esta fiesta y por natural práctica de no hacer mas largo lo innecesario se determinó en llamar Fiesta de Tosantos, que el buen lector entenderá que tampoco deja a ninguno fuera a pesar de la racional contracción.

(C) Mariano del Rio.


Sin embargo, aunque de forma incipiente, estas tradiciones se ven ligeramente ensombrecidas por la nada sutil influencia mediática de esa fiesta pagana de procedencia anglosajona llamada Halloween (aquí me voy a referir como "jalogüin"). La culpa de esta incursión, de golpe y porrazo, la tiene cómo no los medios de comunicación, tratando de imponer por que sí una costumbre foránea en nuestro modo de vivir y pensar, ya de por sí bastante influenciada por las películas de miedo procedentes del otro lado del charco. Así es fácil tratar de inculcar un estilo de vida que no tiene nada que ver con el nuestro, mediterráneo, dulzón, simpar, abierto a todo tipo de expresiones y capaz de separar lo cotidiano de lo mundano. Así es muy sencillo tratar de desproteger este pais de su carácter auténtico, de su identidad propia labrada con el devenir de los siglos.

No hay constancia alguna de cuándo empezó a forjarse el hecho de que en España se quiera celebrar la fiesta de los muertos y los fantasmas, de las calabazas con caras diabólicas, del "truco o trato" y demás tonterías, y cuáles fueron los principales motivos para importarlo desde Estados Unidos (aunque el verdadero origen del jalogüin viene de las tierras dominadas antiguamente por los celtas que luego la exportaron a tierras americanas por medio de los primeros colonos irlandeses y británicos), pero sí tengo claro una cosa: aun cuando se trate de una festividad incipiente y de poco calado social, está siendo "maravillosamente" tratado por los medios de comunicación en perjuicio de nuestro acervo cultural, apenas difundido y propagado para arraigo nuestro. Ahí se demuestre el descarado interés comercial por su celebración. Es, como yo lo entiendo, una falta de respeto hacia nuestras costumbres y creencias hacernos creer lo que no es. Pero hay que explicar el por qué de esta "demoniaca" fiesta:

"La palabra Halloween es una derivación de la expresión inglesa All Hallow's Eve (Víspera del Día de los Santos). Se celebraba en los países anglosajones, principalmente en Canadá, Estados Unidos, Irlanda y el Reino Unido. Pero actualmente se celebra en casi todos los países occidentales con mayor o menor presencia.

Sus orígenes se remontan a los celtas y la fiesta fue exportada a los Estados Unidos por emigrantes sobre todo irlandeses en el siglo XIX, más o menos hacia 1846. La fuerza expansiva de la cultura de EE. UU. ha hecho que Halloween se haya popularizado también en otros países. El día de Halloween, en tiempos modernos se considera una fiesta estadounidense.

La historia del Halloween se remonta a hace más de 2.500 años, cuando el año celta terminaba al final del verano, precisamente el día 31 de octubre de nuestro calendario. El ganado era llevado de los prados a los establos para el invierno. Ese último día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar. Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos pasaran de largo asustados. De ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces."


Muy bien dijo Mercedes Milá este pasado martes en la última emisión de Gran Hermano 10: "Antes prefiero Tosantos al Halloween". Le honra y mucho haberse saltado ligeramente el guión impuesto por la cadena de querer meternos entre pecho y espalda una nueva ración de la aquiescencia americana, de la ingravidez cultural de estos tiempos que corren y de todo lo que significa despreciar lo nuestro en favor de lo foráneo; de quienes pretenden vender el Halloween como una fiesta más de guardar en un pais que, como nos descuidemos, va disminuyendo su capacidad para salvaguardar su propia identidad y perder así esa personalidad que tanto nos ha caracterizado desde los orígenes como pueblo íberico.

Perder una parte de nuestra cultura en favor de otra completamente ajena a nuestros propios intereses, por un impulso irracionalmente comercial, no es solo reflejo de lo patético de algunos actos puntuales, sino además que no estamos capacitados para vendernos a nosotros mismos frente al incontenido empuje del modo de vida americano.

Y sin embargo, seguimos con la venda en los ojos y no vemos que este país por el que hay que luchar para mantener nuestra identidad propia no es una extensión del imperio estadounidense; sencillamente, esto no es América. Ojo: no estoy diciendo que no se deba celebrar el Halloween (cada cual puede hacer lo que quiera), lo que trato de decir es simplemente que no se nos debe bombardear todos los años desde los medios con tanta complacencia todo lo que tiene que ver con esta festividad (desde emitir películas de miedo la noche del 31 de Octubre, hasta cómo profesionales de la televisión se embuten en disfraces variopintos como si estuvieran viviendo otro carnaval, a través de programas de una cierta catadura nada convencional) y no hablar de cómo celebran los pueblos de España tanto las vísperas como el día de Todos Los Santos. Hace falta hablar más de una España con todos sus rasgos y sensaciones a flor de piel y no tanto de lo que no se siente.

Otra cosa bien distinta es que en los territorios anteriormente dominados por los celtas (partes de Galicia, Asturias, León, Cantabria y Pais Vasco) celebren la fiesta del Samaín (o Samahín), que en este caso sí que haría una excepción, siempre que se llame como tal. Mejor esto que el jalogüin.

Y, por supuesto, cada cual puede elegir cómo celebrar el día de los difuntos. Yo prefiero las tradicionales representaciones del Tenorio y los "huesos de santo" a la calabaza Ruperta. ¿Por qué seráaaaa?

Os recomiendo escuchéis esta canción: Pat Metheny - This Is Not America

2 comentarios:

  1. Comparto... no por menosprecioar Jalogüin sino por esa colonización cultural que tan "amorosamente" aceptamos y autoimponemos.Pero ya se sabe que el humano es como el ganado, que camina con el hocico detras del culo de la vaca que va adelante...

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  2. Muy cierto, José, muy cierto. :D

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